A casi dos semanas del incendio que cobró la vida de 40 migrantes centroamericanos, en uno de los centros del Instituto Nacional de Migración, ubicado en Ciudad Juárez, Chihuahua, el cuerpo de los siete salvadoreños fue repatriado a su país.

Los cuerpos han sido entregados a sus familiares, en las entidades de Sonsonate, Chalatenango, La Libertad y San Salvador.

Sin embargo, el enojo persiste. Tanto, que el gobierno de El Salvador ha exigido que las autoridades mexicanas investiguen exhaustivamente para dar con los responsables de la tragedia.

Fue Cindy Portal, vicecanciller de Diáspora y Movilidad Humana de dicho país, quien reviró y se busca esclarecer los hechos, por ello, apunta que se han sostenido diversas reuniones clave para “dar a conocer nuestra posición”.

Asimismo, confirmó que el gobierno mexicano se hizo cargo de todos los gastos de la repatriación terrestre, al igual que los gastos de transporte y estadía de los familiares afectados, pues tuvieron que ser trasladados a México para identificar los cuerpos.

“Estamos exigiendo que los culpables de este crimen puedan pagar con cárcel […] Estamos exigiendo también la renuncia de las personas que son responsables de la política migratoria en México”, puntualizó.

Enseguida, Portal también recordó que no es la primera vez que El Salvador espera la respuesta en un caso donde sus paisanos resultan afectados.

“Hay muchos casos que han quedado en la impunidad y en los que nosotros estamos solicitando resarcimiento de los daños”, expresó.

Finalmente, Portal aseveró que El Salvador “estará muy pendiente de cada uno de los avances que se realicen” en México, pues no quieren que la historia de injusticias vuelva a repetirse.

LOS HECHOS

Fue el pasado 27 de marzo cuando, dentro de un centro del Instituto Nacional de Migración (INM), en Ciudad Juárez, Chihuahua, al pie de la frontera con Estados Unidos, 40 migrantes perdieron la vida en un fuerte incendio.

Entre ellos, había 6 hondureños, 7 salvadoreños, 18 guatemaltecos, 7 venezolanos y un colombiano.

En un principio, se decía que eran doce salvadoreños que perdieron la vida, empero, el número se ajustó a siete, todos hombres, y con un rango de edad de entre 35 y 40 años.

Igualmente, hay cinco afectados; dos de ellos se encuentran en estado grave, y los otros tres, luego de ser dados de alta, continuaron con su travesía para llegar a los Estados Unidos.

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